Corriente japonesa estética y de comprensión del mundo
basada en la fugacidad e impermanencia. Deriva de la afirmación budista de las
Tres Características de la
Existencia.
Según Leonard Koren, autor del libro Wabi-Sabi: for Artists,
Designers, Poets and Philosophers, se refiere a aquella belleza imperfecta,
impermanente e incompleta. Algunas características de la estética wabi-sabi son
la asimetría, aspereza, sencillez o ingenuidad, modestia e intimidad, y sugiere
además un proceso natural.
El wabi-sabi ocupa la misma posición en la estética japonesa
que en Occidente ocupan los ideales griegos de belleza y perfección.
Andrew Juniper afirma que si un objeto o expresión puede
provocar en nosotros una sensación de serena melancolía y anhelo espiritual,
entonces dicho objeto puede considerarse wabi-sabi.
Richard R. Powell lo
resume diciendo que ello (el wabi-sabi) cultiva todo lo que es auténtico
reconociendo tres sencillas realidades: nada dura, nada está completado y nada
es perfecto.
Las palabras wabi y sabi no se traducen fácilmente. Wabi
inicialmente refería la soledad de vivir en la naturaleza, lejos de la
sociedad, mientras que sabi significaba "frío", "flaco" o
"marchitado". Hacia el siglo XIV estos términos comenzaron a cambiar,
adquiriendo connotaciones más positivas. Wabiahora connota simpleza rústica,
frescura o quietud, siendo aplicable tanto a objetos naturales como hechos por
el hombre, o elegancia subestimada. También se puede referir a peculiaridades o
anomalías que surgen durante el proceso de construcción y dotan de elegancia y
unicidad al objeto.Sabi es la belleza o serenidad que aparece con la edad,
cuando la vida del objeto y su impermanencia se evidencian en su pátina y
desgaste, o en cualquier arreglo visible.
Desde un punto de vista del diseño o ingeniería, wabi se
interpretaría como la cualidad imperfecta de cualquier objeto, debida a
inevitables limitaciones en el diseño y construcción. Así, sabi podría ser
interpretado como el aspecto de imperfecta fiabilidad o limitada mortalidad de
cualquier objeto; de aquí la conexión etimológica con la palabra japonesa sabi,
oxidarse.
Ambos conceptos, wabi y sabi, sugieren sentimientos de
desconsuelo y soledad. Según la perspectiva budista Mahāyāna, estas son
características positivas, al representar la liberación del mundo material y la
trascendencia hacia una vida más sencilla. La propia filosofía Mahayana, sin
embargo, advierte de que la comprensión verdadera no puede alcanzarse mediante
palabras o lenguajes, por lo que aceptar el wabi-sabi en términos no verbales
sería el enfoque más adecuado.
Los conceptos de wabi y sabi son originariamente religiosos,
pero su actual uso en japonés es bastante informal.
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